Es necesario que, antes de comenzar a profundizar en el tema, hagamos una distinción. El colectivo de personas al que afectan los problemas de audición es muy amplio, teniendo un amplio intervalo de afectación en función del grado de pérdida. Así distinguimos entre personas sordas e hipoacúsicas. Los niveles más bajos de hipoacusia dan lugar al empleo de algunos aparatos auditivos que ayudan a la audición y permiten a estas personas llevar una vida como cualquier persona oyente, defendiéndose a través del lenguaje oral. Para los niveles más altos de hipoacusia y para la sordera profunda no hay posibilidad de uso de estos aparatos, pues no hay mejoras suficientes. Por ello, la forma en que estas personas de comunican es a través de la Lengua de Signos. La Comunidad Sorda, como se han autodenominado el colectivo de las personas sordas, se comunica a través de una serie de signos efectuados con las manos y el cuerpo, dando lugar a innumerables diferencias entre las personas con pérdida auditiva y las personas de este último grupo. Por ello, y por la enorme importancia de este aspecto, vamos a dedicar varias semanas a la actuación de cara a este conjunto de personas, distinguiendo en primer lugar a las personas con pérdida auditiva de las personas sordas.
Ponencia inaugural II Congreso Escuela 2.0
Hace 13 años
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